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Extremadura náutica
A bordo de un barco de vela ligera, una piragua o una tabla de windsurf, hay muchas maneras de descubrir una región con 1.500 km de costa dulce.
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Navegar por mares de interior
A bordo de un barco de vela ligera, una piragua o una tabla de windsurf, hay muchas maneras de descubrir una región con 1.500 km de costa dulce.
La Pinta, La Niña y La Santa María surcaron las aguas extremeñas hace muchos años. No, no hablamos de las tres carabelas comandadas por Cristóbal Colón a finales del siglo XV sino de las tres embarcaciones de la clase Vaurien que participaron en 1965 en una regata en el embalse de Borbollón (Sierra de Gata). Desde entonces, esta competición náutica, la más antigua de Extremadura, se celebra todos los veranos con el nombre de Criterium Extremeño de la Vela, organizada por el Club de Vela Barlovento.
Aunque el mar no se divisa desde las sierras y las montañas más altas de Extremadura, la región tiene unas condiciones ideales para practicar vela ligera, windsurf, kitesurf, esquí acuático o stand up paddle, también conocido como SUP por sus siglas en inglés, entre otras modalidades. Lo mismo ocurre con deportes más habituales en aguas interiores, como el piragüismo.
Los 1.500 kilómetros de costa dulce repartidos por las cuencas del Tajo y el Guadiana (algo único en Europa occidental), el buen clima durante todo el año y la existencia de infraestructuras y de un sector especializado, del que forman parte la Federación Extremeña de Vela y la de Piragüismo, clubes, escuelas, empresas de actividades y otros agentes turísticos y deportivos, convierten a Extremadura en un paraíso que se puede explorar a bordo de una embarcación.
Los embalses de Gabriel y Galán, Borbollón, Alcántara, Orellana, Alange y Alqueva, entre otros, son escenarios de torneos regionales, nacionales e internacionales, pero también de los primeros pasos de niños y adultos en estas actividades. En Extremadura es posible inscribirse en cursos de iniciación y perfeccionamiento de piragüismo o windsurf, así como apuntarse en un bautismo de vela o alquilar un kayak, por citar algunas opciones.
Según la Federación Extremeña de Vela, de los siete clubes náuticos existentes en la región cuatro se localizan en Cáceres: Club de Vela Barlovento, en Santibáñez el Alto (embalse de Borbollón); Escuela Náutica de Granadilla, en Guijo de Granadilla (embalse de Gabriel y Galán); Asociación de Navegantes Amigos del Tajo, en Alcántara (embalse de Alcántara); y Club Náutico Tajomar, en Garrovillas de Alconétar (embalse del Tajo). Y tres en Badajoz: Club Náutico Marina Villarreal, en Olivenza (embalse de Alqueva); y Centro Ibérico de Vela y Club Náutico Orellana, ambos en Orellana la Vieja (embalse de Orellana).
Esta localidad pacense puede presumir de la primera bandera azul concedida a un puerto deportivo de interior en España, en 2018. Ocho años antes había sido pionera al lograr la primera bandera azul del país a una playa de agua dulce, reconocimiento que ha renovado cada verano.
Como ocurre con la vela o el windsurf, los aficionados al piragüismo lo tienen bastante fácil en Extremadura. Hay clubes en Badajoz, Mérida, Plasencia y Alcántara y, repartidas por toda la región, numerosas empresas de actividades comercializan desde cursos de iniciación y paseos en aguas tranquilas hasta paquetes multiaventura. Los más intrépidos pueden probar emociones fuertes en el río Jerte y descender un tramo de aguas bravas durante varios kilómetros.
Una de las citas más importantes del calendario piragüístico extremeño es el Descenso del Alagón, a principios de agosto, en el que cientos de aficionados palean los 19 km que separan el Puente de la Macarrona (término municipal de Riolobos) y el Puente de Hierro de Coria.
¡Al agua y a navegar!
Guía del agua (Turismo fluvial y activo)
*Fotos cedidas por la Federación Extremeña de Vela, el Centro de Actividades Náuticas y de Aventura 'La Jarilla' (Alange) y la Escuela Náutica de Granadilla.