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El otoño colorea Extremadura
Con la caída del calor y el apaciguamiento de las temperaturas, el otoño se convierte en una época redonda para visitar muchos de los enclaves más icónicos de nuestra región.
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El otoño colorea Extremadura
Con la caída del calor y el apaciguamiento de las temperaturas, el otoño se convierte en una época redonda para visitar muchos de los enclaves más icónicos de nuestra región.
Aunque en otoño caigan las hojas o las temperaturas, lo que casi nunca caen son las ganas de explorar nuevos destinos… y nuevas gastronomías.
¿Un recorrido por la Francia vinícola? ¿Una escapada a la Suiza de los quesos exquisitos? ¿Una ruta por los placeres culinarios de la Toscana italiana?
Quizá no necesites buscar un otoño increíble fuera de nuestras fronteras. Extremadura te abre las puertas a firmar una escapada decididamente gastro.
Y es que, si algo nos aporta nuestra imponente dehesa, son unos productos únicos y propios que defienden orgullosos su Denominación de Origen.
Entregarse a los placeres de nuestro jamón, quesos o aceites ya es un acierto seguro. Pero combinarlos con los vinos de la zona garantiza ya una experiencia del todo recomendable.
Mención aparte merecen también algunos de los platos más personales de la zona, como las migas, la caldereta o el gazpacho extremeño, todos ellos aderezados siempre con nuestro reconocido Pimentón de la Vera.
Además, con la caída del calor y el apaciguamiento de las temperaturas, el otoño se convierte en una época redonda para visitar muchos de los enclaves más icónicos de nuestra región que puedes encontrar en cada comarca. Lugares como la Sierra de Gata exhiben sus trajes más coloridos para ofrecerte propuestas con nombres propios, como el 'Otoño Mágico' del Valle del Ambroz (de Interés Turístico Internacional) o la 'Otoñada' del Valle del Jerte.
Si lo que te atrae es la arquitectura más ilustre, la Catedral de Plasencia se abre para ti brindándote unas sensaciones que te trasladarán al gótico parisino más sugerente. Igualmente atractivo te resultará también el Real Monasterio de Guadalupe, un penetrante lugar declarado Patrimonio de la Humanidad, tan sorprendente por dentro como por fuera.
Sin embargo, no solo en la grandiosidad se encuentra la magia. Por ejemplo, y para sorpresa de muchos visitantes, Jerez de los Caballeros esconde la llamativa Iglesia de San Bartolomé, cuya particular fachada te descubrirá una imagen diferente de la iconografía litúrgica.
Cuando el otoño llama a la puerta, Extremadura responde ofreciendo una propuesta tan exquisita para la vista como para el paladar. Y es que a veces sorprende encontrarte todo lo que imaginas, donde no te lo imaginas…